Este método se basa en la medición del tiempo de tránsito de una onda acústica a través de cada pie vertical en la pared del pozo, y a través de ese registro derivar la velocidad.

El sónico (cómo se conoce comúnmente), en su forma más básica cuenta con un transmisor monopolar (T), donde se origina la onda acústica, y un par de receptores R1 y R2. En principio, lo que se desea conocer es el tiempo de viaje del intervalo D que debería corresponder exactamente con el espaciamiento entre los receptores R1 y R2 dependiendo de diversos factores como la verticalidad de la herramienta durante el sondaje, la verticalidad de la pared del pozo, la estabilidad de la pared del pozo y cambios en la refracción provocados por cambios en las propiedades de las rocas que componen la pared del pozo.

El frente de onda generado por el transmisor, aparte de propagarse a través de la superficie de la pared del pozo, se transmite también por el lodo y través del cuerpo del perfilador sónico. Sin embargo, esto no representa un factor de preocupación ya que, la propagación de la onda a través del fluido será más lenta y podrá ser identificada y excluida en el registro y el viaje a través de la herramienta se anula mediante un sistema de ranuras transversales diseñado para dispersar la energía.

Este método permite tener información adicional de propiedades de la roca como por ejemplo la porosidad, además permite extender lateralmente información obtenida por otros métodos geofísicos (sísmica de reflexión, por ejemplo).