Medición de Retención de Humedad en el Suelo

La Curva de Retención de Humedad (CRH) o curva característica del suelo refleja la capacidad de un suelo, o cualquier otro medio poroso para retener el agua en función de la succión (tensión) ejercida.

Esta curva puede determinarse en terreno o en laboratorio. En el primer caso, se requiere de la instalación de tensiómetros para el control del potencial del agua en el suelo y de un dispositivo de humedad en el mismo punto, debiendo tener ambos un volumen de suelo de referencia similar. La medición de la curva de retención de agua en terreno tiene como principal ventaja el estudio del proceso in situ; sin embargo, existen limitaciones técnicas y teóricas que dificultan su aplicación, así como la gran demanda de tiempo del proceso que lo hace generalmente inviable, y se ve mayormente favorecida la medición en laboratorio.

Las curvas de retención de humedad se utilizan principalmente para:

  • Estudios del flujo del agua en la Zona no Saturada (ZNS)
  • Recarga de acuíferos
  • Balances hidrometeorológicos
  • Estudio de contaminantes
  • Fines agrícolas como la determinación del índice de humedad disponible en el suelo, es decir, la porción de agua que puede ser absorbida por las plantas.
  • Clasificar los suelos; detectar cambios en la estructura del suelo.
  • Determinar la relación entre la tensión de la humedad del suelo y otras propiedades físicas.

En minería, este estudio puede ser aplicado en tranques de relaves, ya que estos están expuestos a una serie de fenómenos que promueven su desaturación y su evolución a condiciones parcialmente saturada, por ejemplo, procesos de infiltración de agua hacia el subsuelo y hacia la superficie y la generación de frentes de evaporación. A diferencia de los suelos saturados y los suelos secos, los suelos parcialmente saturados están constituidos por 3 fases: sólida, líquida y gaseosa. Esto se traduce en la generación de presiones de poro negativas en los espacios intersticiales por la interacción del agua y el aire en los poros, condicionando las tasas de flujo de agua y oxígeno, las tasas de evaporación y la estabilidad de la estructura.

En este sentido, cobra importancia conocer la curva de retención de humedad que relaciona gráficamente el estado de humedad y la succión desarrollada por el material.