Pruebas de Bombeo
Una prueba de bombeo consiste en el bombeo de agua desde un pozo, normalmente a caudal constante, y la posterior medición de descensos en los niveles de agua en el mismo pozo a profundidad, y en los otros pozos o puntos de observación.
Cuando desde el pozo principal se bombea el agua, la presión dentro del acuífero disminuye, causando el descenso del nivel de agua, lo que permite la medición de los cambios. A partir de estos ensayos, se puede caracterizar el comportamiento de los pozos, predecir caudales explotables, medir niveles estáticos y dinámicos de las aguas en el subsuelo, determinar los parámetros hidrogeológicos de pozos y/o acuíferos, y posibles descensos futuros.
Para el desarrollo de estas pruebas, es necesario cumplir con la medición de niveles de agua previo al inicio del ensayo; la calibración del caudal a través de bombeo y medición de niveles, y posteriormente dejar que el nivel se recupere antes de iniciar la prueba respectiva.
Las pruebas de bombeo se dividen en:
- Prueba de larga duración a caudal constante: Con una duración de 72 horas en acuíferos libres y de 24 horas en acuíferos confinados.
- Prueba escalonada – variación del caudal: Es una prueba que permite estimar el rendimiento y eficiencia del pozo. Se debe realizar previo a la prueba de larga duración para estimar el caudal constante con que será bombeado el pozo.
Ilustración 1: Esquema de un ensayo de bombeo. (Fuente: Guide to Conducting Pumping Tests. British Columbia Government. 2015)